domingo, 11 de diciembre de 2005

martes, 6 de diciembre de 2005

cuando la conocí ya me había enterrado,
con una pala.

en el jardín de la quinta de su abuelo.
la casa de campo.

sombras de árboles en el camino,
polvo flotando en el vaso de vino.

una sonrisa la protegía,
de sí misma.

los brazos al costado del cuerpo.

tierra oscura reposando en sus bolsillos,
húmeda y fría.

el pelo atado.

lluvia de siameses

del otro lado del monte.

domingo, 4 de diciembre de 2005

doblaba en las esquinas de los edificios constántemente,más que cualquier otra persona.cuando se tropezaba caía al piso sin frenarse con las manos.una vez se lastimó la nariz y la sangre tenía una sutil descoloración.y sabía que se había equivocado.lo decía una y otra vez: me equivoqué.