miércoles, 28 de septiembre de 2011

Broli


¡Este señor ya está leyendo el libro de Mikel Aboitiz! Y vos, ¿cuánto más vas a esperar? ¿No ves que la vida te pasa por delante, que la monotonía con que tus días se suceden será igual más adelante o peor, que esa extraña persona en el espejo será cada vez más extraña y menos persona, que el deterioro de tu cuerpo y tus sentidos sólo puede ser medido con el deterioro de todos los cuerpos y de todos los sentidos, y que el sol se apagará tarde o temprano, junto a las demás luces del universo, frío, oscuro, desolado?

Encontralo en una de las librerías de esta página. Te quiero, che.

Windom Earle: What do you fear the most?
Major Briggs: The possibility that love is not enough.

lunes, 19 de septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

mark strand 4 a.m.


-->



Ficción (me encuentro traduciendo)



x
-->
Pienso en las vidas inocentes
De la gente de las novelas, que sabe que morirá
Pero no que la novela llegará a su fin. Son tan distintos
A nosotros. Acá la luna muda observa,
A través de nubes dispersas, la ciudad que duerme debajo,
Y el viento junta las hojas caídas
Y una persona a saber, yo profunda en su silla,
Hojea las páginas restantes, sabiendo que no hay
Mucho tiempo para el hombre y la mujer en la habitación alquilada,
Para la luz roja sobre la puerta, para el lirio
Arrojando su sombra a la pared; no hay mucho tiempo
Para los soldados bajo los árboles que bordean
El río, para los heridos siendo llevados
A las ciudades del interior, donde se quedarán;
La guerra que rabió por años llegará a su fin,
Como todo lo demás, excepto una presencia,
Que cuesta definir, una huella, como el olor de la hierba
Tras una noche lluviosa o los vestigios de una voz
Que avisa, aunque de forma velada:
No desesperen; si el final se acerca, también el final pasará.


Fiction (1990)

I think of the innocent lives

Of people in novels who know they’ll die

But not that the novel will end. How different they are

From us. Here, the moon stares dumbly down,

Through scattered clouds, onto the sleeping town,

And the wind rounds up the fallen leaves,

And somebody —namely me— deep in his chair,

Riffles the pages left, knowing there’s not

Much time for the man and the woman in the rented room,

For the red light over the door, for the iris

Tossing its shadow against the wall; not much time

For the soldiers under the trees that line

The river, for the wounded being hauled away

To the cities of the interior where they will stay;

The war that raged for years will come to a close,

And so will everything else, except for a presence

Hard to define, a trace, like the scent of grass

After a night of rain or the remains of a voice

That lets us know without spelling it out

Not to despair; if the end is come, it too will pass.